Como un mal eterno pudo calificarse la dependencia de las lluvias de parte de nuestros agricultores para sembrar sus productos, un mal que por décadas dejaba la producción agrícola en manos de la suerte, si llovía a tiempo se sembraba, si no, se perdía valioso tiempo y lo único que se cosechaban eran pérdidas y escasez, máxime en un país que es víctima del Cambio Climático.
Es un tema conocido para todos la severa escasez de frijoles sufrida en el 2014, tiempo en el cual las autoridades gubernamentales hicieron enormes esfuerzos en comprar frijoles desde el otro lado del mundo para suplir el mercado de un pueblo cuya dieta básica se basa precisamente en dicho grano, una crisis sin precedentes que en su momento se solventó y que pudo ser solo el preámbulo de otra crisis venidera de no haberse tomado los correctivos adecuados, pudo convertirse, pero no ha sido así, de hecho ahora es todo lo contrario.
COSECHA DE AGUA
Honduras está apostando a tecnologías y sistemas relativos a la “Cosecha de Agua”, técnica que permite recolectar agua lluvia para luego depositarla en reservorios o lagunas multipropósitos debidamente construidas que impiden que el liquido drene al terreno natural, estos cuerpos de agua tienen usos diferentes que van desde simples sitios de almacenamiento de agua hasta lagunas que se aprovechan para la cría de peces.
Utilizando este criterio ya se han construido en el país más de 100 reservorios que vienen a beneficiar la producción de granos básicos, hortalizas y otros, así como, el aumento de la productividad de los cultivos.
COSECHANDO DE LA COSECHA
Este día se ha anunciado que Honduras se acaba de convertir en el segundo exportador de frijoles de toda Centroamérica, una noticia que de por si es halagadora, pero que si consideramos que Honduras hace dos años estaba sometido a una severa escasez de dicho grano, la dimensión de tal noticia crece de forma exponencial, y lo mejor, no es fruto de la suerte.
A diferencia del pasado, hoy se están teniendo mejores resultados gracias a las Cosecha de Agua, producto con el cual se están supliendo las necesidades hídricas de los productores organizados, quienes ya no dependen de la suerte de la venida de las lluvias para cosechar en tiempo y forma; el éxito ha sido de tal magnitud que la producción ha logrado cubrir la demanda nacional, cubre la reserva estratégica y es suficiente para convertirnos en el segundo exportador de frijol del istmo.
Una muestra de que cuando se hacen las cosas bien, la cosecha es abundante.
¡Bravo Honduras!