El mundo ha quedado fascinado con los descubrimientos en la Moskitia pero hay un descubrimiento colosal en el Cerro de Hula del que pocos saben, y que podría cambiar la historia…
Un descubrimiento de dimensiones colosales que podría cambiar la historia conocida de los pueblos prehispánicos en lo que se refiere a transferencia de tecnología entre las culturas del continente, kilómetros y kilómetros de terrazas de cultivo prehispánicas se encuentran a la vista de todos el Cerro de Hula, Francisco Morazán y casi nadie se percata de ello…
Hay tres razones primordiales para el establecimiento de las ciudades y pueblos prehispánicos, y son: la abundancia de agua, la existencia de terrenos fértiles y la presencia de suficientes animales para ser cazados, y tiene sentido, si no hay que comer ni beber, no tiene sentido quedarse ahí…
Es así que uno de los más importantes desarrollos de la tecnología de avanzada en tiempos prehispánicos fue el uso de las terrazas de cultivo, un sistema donde las técnicas de la ingeniería y la agricultura debían ser conocidas con precisión para que dichas obras trabajaran de forma autónoma y lograran convertir zonas no aptas para el cultivo en amplias fajas de terreno fértil, tecnología que le permitió al hombre vencer a la naturaleza y le permitió establecerse prácticamente en cualquier sitio, la obra más espectacular de este tipo son las terrazas de cultivo que permitieron que miles de personas se alimentaran en Machu Picchu, Perú, zona montañosa y agreste de gran elevación donde era imposible cultivar de la forma tradicional; de no existir esas terrazas Machu Picchu jamás pudo haber existido y mucho menos ser la enorme ciudad que fue.
No es nada raro encontrar terrazas de cultivo en las montañas suramericanas porque dicha tecnología fue desarrollada a la perfección por los incas a diferencia de los mayas que utilizaban la quema y roza, y los aztecas las chinanpas como métodos de cultivo, pero encontrar terrazas de cultivo en Mesoamérica es algo que llama mucho la atención debido a que estamos hablando de lugares situados a miles de kilómetros de distancia, ¿una casualidad o fue que una cultura influyó en la otra?
Gracias al trabajo de investigación realizado por nuestro polifacético y talentoso investigador Arturo Sosa, fue posible que los hallazgos realizados por el Ingeniero Juan Jacobo Zelaya salieran a la luz pública, y se trata de los campos de cultivo prehispánicos más grandes de toda Mesoamérica, localizados en toda la extensión del Cerro de Hula y que fueran construidos 800 años antes que los de Machu Picchu.
Desde la década de los 80, el Ingeniero Zelaya descubrió que lo que parecían simples “cercos de piedra” que delimitaban propiedades eran los límites de terrazas de cultivo, cientos de kilómetros de ellas en casi toda meseta superior del Cerro de Hula, estas terrazas según los lugareños de ascendencia Lenca son herencia de sus ancestros, pero nadie en realidad sabe algo preciso sobre su historia.
Según las investigaciones realizadas se estima que esos campos de cultivo fueron construidos cerca del año 500 dC lo que les hace tener una antigüedad cercana o superior a los 1,500 años, obras que hoy siguen funcionando a la perfección y que cuentan con detalles de ingeniería muy precisos y eficientes como un absoluto manejo de pendientes, trabajos que aun con la tecnología de hoy son muy difíciles de lograr.
Se puede suponer que fueron los Protolencas, antepasados de los lencas, los constructores de estas terrazas que son explotadas por los lencas actuales, esta civilización logró magníficos avances tecnológicos y prueba de ello es Yarumela, La Paz, una ciudad completa con enormes pirámides y edificaciones.
Algo que también llama la atención es que todas esas estructuras no se construyeron de la noche a la mañana y según los cálculos les pudo tomar unos 500 años construirlos considerando que todo el trabajo se debió hacer a mano.
En todo el lugar es posible encontrar restos de piezas arqueológicas lo que ha motivado a saqueadores a hacer de lo suyo, por lo que urge que nuestras autoridades tomen cartas sobre el asunto de protección del Patrimonio de nuestra nación así como hacer lo que sea necesario para estudiar, investigar y dar a conocer al mundo sobre este sitio que revelaría de una vez por todas la conexión y transferencia de tecnología a través del continente americano en tiempos prehispánicos.
Usted puede leer la investigación de Arturo Sosa en este enlace y en el vídeo podrá observar claramente las terrazas que quizá usted ha pasado muy de cerca pero nunca se había cerciorado de ello.
¡Honduras un país lleno de tesoros!
Queda claro que cuando los intereses son grandes no les interesa que la gente se onforme que tiene derechos como los nativos del cerro de hula que son dueños de sus tierras que tienen titulo ancestral que data desde el 09 de septiembre de 1754 y ahora han perdido sus derechos cuando el gobierno a concesionado estas tierras sin importat todos los daños que ha sufrido
Es bueno que la poblacion conozca lo que tiene para que lo valore y reclame sus derechos estas comunidades son de origen lenca pero no hemos la proteccion para esta gente ni la aplicacion del convenio 169 de la OIT. En donde esta plamados los derechos indigenas en teoria.
Por nunca se aplico la consulta a la poblacion para el proyecto eolico una cosa es socializar y otra es consultar ( consentir)
Me he quedado sorprendido con esta nota y ver las fotografias de este sistema de cultivo precolombino,felicito al Lic. Sosa y al ing.Jacobo Zelaya por este trabajo de investigacion. Ojala y la universidad a través del departamento de antrpologia pudieran interesarse en este descubrimiento.