A diario son miles de aventureros los que se internan en nuestro país desafiando a la inteligencia o el temor, pocos de ellos dejan constancia de su travesía y un grupo de ellos son “The Budgeteers”, un trio de amigos que cruzaron por Honduras y encontraron todo lo contrario a lo que esperaban, un pueblo amable y dispuesto a dar sin esperar nada a cambio.
Cada vez que presentamos historias como esta siempre hay alguien que dice “si los trajeran a tal colonia o sitio peligroso” tratando de demeritar lo expuesto, la verdad es que estos muchachos hacen lo que ninguno de nosotros hace por considerarlo de alto riesgo, como pedir y viajar a jalón expuestos con sus pertenencias en un país donde nadie los conoce y donde no tienen la menor idea de donde están, una vivencia catalogada de peligrosa por cualquier hondureño con los 5 sentidos.
En contra de toda recomendación
“The Budgeteers” son un grupo de 3 amigos, Paddy de Inglaterra, Thijs de Bélgica y Lina de Colombia, los que se han dedicado a la tarea de recorrer el mundo y darlo a conocer en su programa, y en esta ocasión decidieron recorrer Centroamérica con mil dólares, presupuesto de los tres.
Una decisión en contra de la recomendación de los demás, ir a Honduras, así comenzó el viaje cruzando la frontera con El Salvador, unos cuantos pasos después de cruzar la línea fronteriza la pausa obligada, ¿hacia dónde vamos?, una revisión de los mapas en el teléfono y la evaluación posterior, ir al Norte, muy largo, mejor vamos al Sur que es muy cerca de acá y además vamos de paso.
Incertidumbre y precaución
Su primer contacto, un jalón con un camionero, su recompensa, risas y agradecimientos del conductor, otro jalón, y ya en Choluteca, sin idea que hacer, un extraño les ofrece jalón para encontrar hotel, sorpresa de la amabilidad de la gente que les saludaba solo por ser extraños, algo raro de encontrar.
Los amigos llegaron a Choluteca como parte de un simple trayecto de entrada y salida de Honduras.
“Escuchamos que había que evitar Honduras pero todo era diferente y nos hizo tomar la decisión de detenernos porque todo lucía diferente y decidimos quedarnos a conoce e ir a la costa”
“Aún no nos han matado, en efecto lo único que hemos recibido es amor”
Luego de la decisión de quedarse en Honduras tomaron rumbo hacia la Isla del Tigre y Amapala, una exploración más donde aprovecharon para comer delicias del mar, un par de cervezas y disfrutar del ambiente, con el factor común de la amabilidad de la gente quienes les compartían sonrisas, jugaron potra y bailaron, amistad espontánea sin buscar algo más, haciéndolos sentir en casa.
La mañana del segundo día Paddy expresó:
“Aún no nos han matado, en efecto lo único que hemos recibido es amor, brindo por Honduras”
El epitafio de la idea del riesgo de conocer un país con mala fama, un país donde quisieron arriesgarse pasando a la carrera y donde gracias a la amabilidad de la gente decidieron darle al país la oportunidad de conocerlo, al estar en una de las playas de Amapala, la expresión fue:
Los planetas, la Luna, el océano, volcanes, atardecer, la playa ¡Qué más se puede pedir!