La mayoría de hondureños ha dibujado más de alguna vez la Laguna de Caratasca pero son pocos los que han tenido la suerte de conocer este maravilloso lugar que se encuentra en la parte norte del departamento de Gracias a Dios.
La Laguna de Caratasca es una serie de lagunas unidas por medio de canales naturales, sus aguas varían desde salobres, (combinación de agua dulce y salada), hasta dulces en la medida que se aleja de la conexión que la laguna tiene con el mar; el color también es variable y se torna hasta café debido a la enorme cantidad de partículas en suspensión que arrastran los ríos que la alimentan, aguas que llevan inmensas cantidades de nutrientes a la laguna y el mar, y que son parte del balance ecológico.
Su tamaño es realmente impresionante, tiene aproximadamente 60 x 12 kilómetros, área de 720 kilómetros cuadrados en donde podían caber con facilidad 10 veces el área del Lago de Yojoa.
En la laguna se encuentran varias islas y también el puerto pluvial más grande del istmo, el que está localizado en Puerto Lempira, lugar que coincide con la cabecera departamental.
Históricamente hablando existen dibujos en los primeros mapas españoles y también en los ingleses y holandeses, conviertiéndose con los años en territorio inglés hasta ya entrado el siglo XX; esta zona también fue parte de la Nación Miskita la que se estableció en la parte Este de Honduras y Nicaragua desde 1640 hasta principios del siglo XX; la laguna también fue escondite de la Manadas de Lobos de Alemania, dicha presencia de submarinos fue reportada por muchos registros de la época.
Los pobladores que viven en los alrededores de la laguna son esencialmente miskitos y previamente por los Pech, los que viven en armonía con una enorme cantidad de fauna y flora, una experiencia tan bella estar ahí, avanzar por sus aguas y acercarse a las riveras y ver a cientos de aves volar ante la presencia del humano.
Un lugar que hay que conocer.