El misterio de Camasca, Intibucá.

Honduras es un país inmensamente rico en arte prehispánico e incluso de tiempos prehistóricos, de hecho es el país del istmo que cuenta con la evidencia más antigua de la presencia del hombre civilizado la que está localizada en la Cueva El Gigante, en la jurisdicción de Marcala, Departamento de La Paz, un amplio abanico de sitios los cuales por lo general se encuentran en cuevas o lugares de difícil acceso, pero hay un sitio que sobresale por la proximidad a centros urbanos y se trata de los Petroglifos de Camasca, que se encuentran en el cementerio El Matasano dentro de Camasca, Intibucá.

Foto de Lenyn Manuel Amaya Cantarero

Los artistas y el tiempo en que fueron tallados estos petroglifos es desconocido hasta el momento, pero existen varias presunciones al respecto, algunos dicen que fueron los lencas o los antepasados de ellos ya que este sitio es de tradición de esa etnia, sin embargo para otros estudiosos, estos petroglifos fueron tallados en piedra por personas que vivieron cuando ni siquiera los lencas existían, las figuras que parecen pueden relacionarse con seres zoomorfos, mitológicos o mágicos y guardan extraordinarias similitudes con las que se encuentran en Río Plátano, localizadas a cientos de kilómetros de Intibucá y muy dentro de la Moskitia hondureña, los que se atribuyen probablemente a los primeros Pech que habitaron la zona.

Foto de Lenyn Manuel Amaya Cantarero

Y es que la comunidad de Camasca es en si todo un misterio en lo referente a su fundación o creación de su población, ya que por un lado se argumenta que fue un poblado organizado por los españoles y que ya existía para 1791, sin embargo otros aseguran que los primeros pobladores fueron indígenas de origen Maya, Lenca y Pipiles, hecho que no concuerda del todo porque dos de esos tres grupos étnicos tenían territorios diferentes y solo los lencas tienen registro de que hayan poblado estas tierras.